miércoles, 8 de junio de 2011

¿Solo es sentirse solo?


A menudo tenemos la tendencia de creer que somos jóvenes, de mente brillante, personas robustas, con una fuerza de carácter incomparable. Esto de por sí no es malo, pero cuando imaginas que por ti no pasan los años y eres presa del complejo de Peter Pan, entonces piensas que jamás mermarán tus facultades y que nunca tendrás la piel arrugada y la cabeza blanca como la nieve.
A continuación te presento unas líneas conmovedoras escritas por una mujer de edad avanzada. Podrían tocar las fibras de tu ser, y quizá podría ser espeluznante para otros.

¿Qué veis enfermeras, qué veis?
Pensáis cuando me estáis mirando:
una anciana decrépita y obtusa
con los ojos perdidos
que toma su comida y nunca responde.
Cuando alzáis la voz diciéndome:
me gustaría que lo intentaras...
Os diré quién soy , mientras permanezco
aquí sentada inmóvil, mientras me levanto
siguiendo vuestro mandato y tomo los alimentos
según vuestros deseos.

Soy una niña de diez años, con papá y mamá,
hermanos y hermanas, que se quieren mutuamente.
Pronto, soy una novia de veinte años,
cuando mi corazón dió un salto
recordando las promesas que juré cumplir.
Con veinticinco tuve mis propios niños,
que precisaron de mí para construir un hogar feliz.
A los cincuenta, otra vez, nuevos niños corretean entre mis rodillas.
Pero los días oscuros se ciernen sobre mí, con la muerte de mi hombre.
Miro al futuro y me encojo de temor.

Los jóvenes de mi familia están todos muy ocupados en sus asuntos.
Y pienso en los años de amor que he conocido.
Ahora soy una mujer vieja y la naturaleza es muy cruel.
(...) El cuerpo se resiente, la gracia y el vigor se han ido...
ahora sólo hay una piedra donde antes había un corazón.
Pero debajo de esta vieja carcasa, una joven adolescente con aliento
y ahora, nuevamente, mi castigado corazón renace.

Recuerdo las penas, recuerdo el placer,
de nuevo amo y vivo otra vez,
y pienso que los años son demasiado pocos,
han pasado demasiado deprisa.
Y acepto el hecho de que nada durará.
Por tanto, , abrid vuestros ojos, enfermeras, y mirad.
No soy una vieja decrépita, ¡miradme de cerca, vedme...!

(Este poema, en Traducción libre, fue publicada en "La Gaceta del hospital Guy" del distrito de Greenwich (Londres), el 2 de febrero de 1974, escrito por una anciana solitaria y silenciosa, recluída en la zona geriátrica de dicho hospital, considerada hasta entonces como incapacitada para leer y escribir por sus cuidadores. El manuscrito fue hallado en su taquilla después de su muerte.)

Si al final, estas líneas de reflexión te ayudan a vislumbrar tu presente y futuro, y te animan cambiar el chip, y te ayudan a entender que nada durará, para vivir una vida plena, entonces mis esfuerzos no habrán sido en vano.

4 comentarios:

  1. Conmovedora, y verdadera. Mi abuelita esta en ese estado donde no habla ni recuerda, pero yo recuerdo como fue y la amo. Es alguien de valor inmensa. Gracias Javier.

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  2. Gracias por tu valoración Rick!!
    Un abrazo fuerte desde Barcelona.

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  3. Muchas gracias por el mensaje. De verdad que nos hace reflexionara sobre lo pasajera que es la vida. Ayer fuimos niños hoy somos jóvenes y mañana si Dios nos concede bastantes años de vida seremos viejitos.Por eso debemos de amar y respetar mucho a nuestros ancianos.

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  4. Completamente de acuerdo Marce!!
    Bendiciones amiga.

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